El picudo de las palmeras (Rhynchophorus ferrugineus Olivier), de reciente introducción en nuestro territorio, produce daños importantes a diferentes especies de palmeras hasta llegar a provocar su muerte.
En la zona mediterránea afecta principalmente a la palmera canaria (Phoenix canariensis) y también a la datilera (Phoenix dactylifera). En Cataluña, hasta el momento la mayoria de las palmeras afectadas son las canarias.
El picudo es un insecto relativamente grande, entre dos y cinco centímetros de largo, y un color rojo oxidado. Sus larvas excavan galerías de hasta un metro de largo en el tronco de las palmeras, llegando en muchas ocasiones a matar a la planta.
Los primeros efectos visibles de la infección son la caída de las hojas de la parte superior o lateral, ya que las larvas devoran el interior del nervio central de las hojas y el tronco. Los sonidos de excavación y de masticación de las larvas se pueden escuchar si escuchamos directamente sobre el tronco de la palmera. La corona se pudre en primer lugar y siguen las hojas inferiores de la copa a medida que las larvas descienden buscando tejidos blandos.